Capítulo 2: “Escapando de…”

A la mañana siguiente, se despierta dispuesto a llamarla, pero antes recibe un llamado de Becca, su ex novia. Atiende inseguro, sabe que es peor no hacerlo.
-¿Hola?
-Kevin, mi amorcito. ¡Que lindo escucharte!
“Ay, esa voz chillona”, piensa Kev.
-¿Qué quieres Becca? –le pregunta molesto.
-Ay, solo quería escucharte, y saber si podemos vernos.
-Eh… ¿no?
-Sé que quieres verme Kevin.
-¿Quién lo dice? –pregunta por lo bajo, sin que ella escuche-. Escucha, Becca, tengo que irme.
-Kevin, quiero verte ahora.
-Becca, ahora estoy ocupado, ¿sí?
-Pues, tendrás que abrirme la puerta quieras o no.
Suena el timbre de la casa.
-¡Abre!
-No puedo creer que seas tan desubicada de venir a esta casa –dice Joe al abrir la puerta principal.
-Ay, cuñadito, sé que tú también me quieres, de otro modo no habrías abierto la puerta.
-Solo abrí porque estoy esperando a alguien, y pensé que eras esa persona.
-¿Una chica nueva en tu larga lista?
-Ja, ja, sí lo que digas, ¿y tu lista cómo va?
-¡Joseph! –lo sanciona su madre-. Becca, ¿qué haces aquí?
-Vine a ver a Kevin.
Quien bajaba las escaleras en ese instante.
-¿Qué parte de: “No quiero verte nunca más en mi vida” no entendiste? –le sugiere Kev.
-Lo que entiendo es que sí me quieres en tu vida, me necesitas, al igual que yo a ti.
-A ver…¿qué es lo que necesitas de mí?
-Tú fama –responde Joe irónico, haciendo que Kev sonría.
-La fama fama es efímera para mí –acota Becca-, yo solo quiero tu amor Kevin.
-Y yo una novia que me haga feliz y no me sea infiel.
Toma las llaves de su coche y sale de la casa. Sube a su coche y se marcha de allí.
Luego de media hora de conducir, va a parar en la playa. Se estaciona, y comienza a caminar por un camino que bordea la costa.
En un momento, se detiene para recoger una piedra que había en el suelo, que le pareció muy bonita, y como a Frankie se le ha dado por juntar piedras, se la llevaría. De pronto siente caer al piso con brusquedad, y cuando mira hacia arriba, se da cuenta que una chica ha caído sobre él.
-________, ¿qué haces aquí?
-Kevin…uff no puedo creer que seas tú.
-Y yo que seas tú…y sobre mí…
-Ah…perdón –intenta ponerse de pie, pero vuelve a caer y empiezan a reír.
-Ya, deja, yo te ayudaré.
-No puedes, hasta que me corra.
Esta vez sí se levanta, y él también.
-No te lastimaste, ¿verdad? –le pregunta _________ preocupada ahora.
-No, estoy bien.
-Ay, que bueno.
-Solo quisiera saber, ¿cómo es que caíste encima mío?
-Venía escapando de alguien, no te vi y tropecé, simple.
-¿De quién te escapabas?
-Ah…no creo que sea bueno decírtelo.
-¿Por qué?
-Porque te reirás.
-¿Cómo?
-Bueno, no sé cómo es la cuestión anatómica, biológica o como se diga de por qué o cómo se produce la risa.
-¿Qué?
-Nada, no importa.
-Te prometo n reír.
-Te conviene que cumplas esa promesa –amenazándolo con el dedo índice.
-Cumpliré, ahora cuéntame.
-Ok, me escapaba de una tía.
-¿De una tía?
-Sí, es que tú no la conoces, es de esas mujeres que viven con cientos de gatos…uff no te das una idea.
-Y de las que toman tus mejillas y las pellizcan.
-Tal cual. Y ahora esta en mi búsqueda para que vaya a cuidar de sus gatos…y yo los detesto.
Kev está a punto de reír, pero se contiene.
-Te estas imaginando a mi tía, ¿verdad?
-…No…
-Kevin…
-Ok, sí –y echa a reír.
-¿Ves que no cumples con tu promesa?
Kev no puede dejar de reír.
-No te imagino de niñera de gatos –le dice entre risas.
-Por eso me escapaba.
-Ok…no reiré más, ahora sí.
-Ya lo hiciste igualmente.
-¿Estás enfadada?
-Puede ser –cruzada de brazos y sin mirarlo.
-¿Qué puedo hacer para que me perdones?
-No sé, ingéniate.
-¿Quieres ir a almorzar?
La deja sin palabras.
-¿No? –le repregunta Kev confundido.
-Ah…¿crees que sea buena idea?
-Mmm…para mí sí. No pude dejar de pensar en ti en toda la noche.
“¡Ay, Dios!”, piensa ________ mientras siente que esta por desmayar.
-¿Estás bien? –le sugiere Kev acariciando una mejilla de ella.
-S…sí…
-Entonces, ¿qué me dices?
-Que…que…sí me gustaría Kev.
-Bien.
La toma de la mano, y caminan hasta donde esta su coche estacionado.
Van por un camino desconocido para ella.
Se adentran en un barrio privado, donde hay hermosas mansiones. Se detienen en una en particular.
-Ah…Kev, ¿dónde estamos? –le pregunta ella intrigada.
-Almorzaremos con mi familia.
-¿Qué?
-Sí, ¿tienes algún problema?
Ella no le responde, la asusta un poco esa situación, no todos los días tienes la posibilidad de conocer a toda la familia Jonas.
-¿Lo tienes? –le pregunta una vez más Kev.
-No.
Él desciende del coche y abre la portezuela del lado de ella. La toma de la mano, y así entran a la casa.
-Kevin, que bueno que ya estás aquí. Ya todos están en el…-el Sr. Jonas observa a __________-. Buen día señorita.
-Buen día –le responde ella tímida.
-Papá, ella es ________.
-¡Mucho gusto, ________! –le extiende su mano, en modo de presentación, y ella la toma.
-_________, él es mi papá.
-El gusto es mío –le dice ella al Sr. Jonas.
-Bien, pasen al patio trasero, ¿sí? –indica el Sr. Jonas.
Aún tomados de la mano, caminan hasta donde les indicaron.
-¡Gracias por venir! –le dice Kev sonriendo.
__________ le corresponde la sonrisa, aun sintiendo esos nervios, que aumentaron al ver a…


CONTINUARÁ…